¡Por fín!
Hemos crecido juntas, nos hemos graduado juntas, hemos viajado juntas, nos han roto el corazón y nos hemos vuelto a enamorar, y por fin una de nosotras va a dar el gran paso y estamos todas tan emocionadas como ella. ¡Guau!
Es la primera amiga que se nos casa, todo es emocionante y ella lo vive y transmite de una forma tan especial, que nos hace soñar y disfrutar tanto como ella.
Estamos preparando invitaciones, detalles para los invitados, ayudando en el montaje de las mesas (menudo follón), organizando una despedida de chicas y otra de grupo, estamos motivadísimas y por supuesto, encantadas con la tarea.
Pero lo que más nos ilusiona son nuestros vestidos, vamos a ser damas de honor, sí una americanada, pero a ella le hace taaanta ilusión, imaginaos, ya llevamos tres cenas para decidir el color, ¡solo el color!, al final cada una llevará un estilo, pero el color queremos que sea el mismo, queremos estar !impresionantes¡. El vestido será largo, la boda es de tarde y nuestra «especialista» en protocolo así nos lo ha indicado. Tenemos algunas ideas.
Damas rosas, delicadas y discretas:
Damas amarillas atrevidas y originales:
O quizá un rompedor azul:
¿Cúal os gusta más?